martes, 27 de enero de 2009

¡Torerazo!

Tengo una pregunta. ¿Cuántos de ustedes se quedaron frustrados por no haber cumplido un sueño que tenían desde niños? Cuando uno es chamaco sueña muchas cosas como ser piloto de carreras, vaquero, bombero, astronauta, luchador... y seguramente muchos, incluyéndome, nos quedamos sin cumplir ese sueño que nos ilusionaba tanto por tener que estudiar, trabajar, porque nuestros padres no lo permitieron o simplemente porque no había dinero para logralo.

No sé ustedes, pero a mí me da mucha alegría saber de alguien que logra hacer lo que quiere y le va bien en el asunto.

El sábado pasado una de esas afortunadas personas vivió su fantasía en carne propia... torear a seis astados en una encerrona y salir a hombros cual figura del toreo. Su nombre es Michel "Michelito" Lagravere, tiene 11 años de edad, es hijo del matador francés Michel Lagravere, radica en Mérida, Yucatán, y torea desde sus 4 años de edad.

Antes y después de su actuación del fin de semana pasado, se armó una gran polémica por parte de varias asociaciones de protección a los derechos de los niños que se oponían a que un niño se plantara frente a 6 toros de por lo menos 180 kilos y exigían la cancelación de la corrida.

Esto me pareció una patraña, digo, se entiende la preocupación por la vida del chavito, pero si el niño y sus padres están conscientes del peligro que se corre en una plaza de toros y aún así siguen adelante, entonces ¿por qué la intervención de alguien más?

Michelito es, y ya lo demostró, un fenómeno, uno de esos niños prodigio que nacieron para hacerla en grande en lo que más los apasiona... él eligió la tauromaquia y punto.

Que es muy peligroso dejar que un chavito haga lo que hace Michelito, sí, es peligroso, pero creo que es peor negarle realizar sus sueños y limitarlo a vivir una vida "normal" sólo por que la sociedad no entiende algunos están destinados a una existencia extraordinaria.

Yo aplaudo a los padres de Michelito, quienes a pesar de saber que cualquier día podrían ver morir a su hijo sobre la arena de una plaza, han decidido alentarlo y apoyarlo para que sea una persona feliz y realizada.

Creo que la labor de estas organizaciones de protección a menores es muy noble y necesaria, pero creo que primero deberían dedicarse a proteger a todos aquéllos chavitos que sí son obligados a vender chicles, a limpiar parabrisas y a tragar fuego en las calles de la ciudad, que buscar frenar las aspiraciones de alguien que cuenta con todo para crecer en su actividad y que además, lo disfruta.

Venga chaval, que vida sólo hay una y si los demás viven frustrados... ése no es problema tuyo.

¡Olé Michelito!

1 comentario:

  1. Podría decir que el"Michelito" es afortunado, pero con eso estaría dándole los méritos a una cuestión de azar o de destino, y yo creo que el destino lo trazamos nosotros mismos. Él, junto con sus padre, está trazando su camino.
    Es cierto que que muchos dejan sus ilusiones por el estudio, pero entonces, ¿qué valor tiene estudiar para obtener una maestría y salir siendo un empleado mal pagado y frustrado? Preferiría dedicar toda mi vida a un oficio que me apasione, a un deporte o a un arte, a tirar a la basura 5 años "estudiando", además, para estudiar no siempre se tiene que entrar a una universidad, "Michelito" lo demuestra, y seguro estoy que ganará mucho, mucho más que los pobrediablos que están estudiando relaciones públicas -RP dicen ellos- por decirl algo, pensando en hacerse millonarios, jajaja.

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